3.31.2007

Al galope, mis valientes

Hace unos años llegó a mi pueblo una familia gitana, de Córdoba, que nos alegró la adolescencia llenando el campo de caballos que nos dejaba montar gratis para que "estiraran las patas" por el monte cercano.
Al dueño se le conocía por "Pepe-el-de-los-caballos", que en mi pueblo la gente se complica la vida lo justo.
Pues Pepe-el-de-los-caballos resultó ser un hijo de puta redomado, pero eso sí: muy salao.
Se instaló con su familia en un chamizo que se hicieron entre los 6 (padres, hijos y algún tío), rodeó su terreno con una tira de alambre de espino, y...hala, a tomar por culo: habemus domum
Pepe-el-de-los-caballos sólo sabía hacer dos cosas en el mundo: domar caballos y bajarse todo el vino de la ribera, pero con todo, hasta cuando estaba vinagre, era un tipo muy gracioso.
Pues bien, mi madre tuvo la genial idea de mandarnos a mi hermano y a mi, sin conocerlos de nada, a "...echarles un cable: Pobrecillos, son nuevos en el pueblo y ya sabéis que aquí son muy cerrados y nadie se va a ofrecer a ayudarles"..."coño, mamá...baja tú, que menudo morro..." Porfiar con mi madre era una supina pérdida de tiempo, así que nos resignamos y bajamos a ayudar a los nuevos.
Eran increíbles, pero me reservo para un futuro post, que el tema da bastante de sí.
Como premio a nuestra amabilidad, Pepe nos invitó a montar a caballo gratis todos los días que quisiéramos, así también les hacíamos el favor de salir del cercado (a los caballos, eh?)
Los susodichos caballos eran yeguas, todas menos un semental (Rayo) que sólo podíamos montar cuando las yeguas no estuvieran "altas" (en celo, vaya).
Pues un domingo por la mañana, mientras los colegas estaban en misa, a Tito y a mi se nos ocurrió la fantástica idea de pedirle a Pepe un par de monturas. Él nos comentó que sólo podía dejarnos a Rayo y a una yegua (la Cigala) con más años que la Tana, porque las demás estaban en celo o criando, pero en sus propias palabras: "...como la Cigala está tan mayor, ya no cela".
Sus muertos.
Lo echamos a suertes y a mi me tocó "el Rayo" y a Tito "la Cigala". Decidimos ir a dar una vueltecita por el pueblo, aprovechando la salida de misa para fardar un poco...¡madre mía, lo bien que nos hubiéramos quedado en casita!!
La gente se encaminaba ya de misa hacia el bar cuando mi hermano decidió forzar la máquina y me adelantó a un trote ligero. Éste, amigos mío, es el momento catártico del relato:
La Cigala, de buenas a primeras y sin corresponderle a la edad levantó su rabo muy ufanamente ante los hocicos de mi caballo, que, claro, a "la olor" (así lo dicen en la Mancha) de lo que tenía delante se puso de un verraco insultante, desenfundando un metro de rabo, que para sí lo quisiera Rocco Sigfredi.
Os preguntaréis cómo es posible que sepa ese dato si yo iba encima del caballo, no?
Pues, amigos míos, porque a los 2 segundos de que Cigala le mostrara sus mieles, Rayo se puso a rebufo, con las aletas de la nariz abiertas de par en par y, sin cortarse ni una cala, se la calzó...con mi hermano aún montado en la silla...
No queréis imaginar la operación rescate en semejantes circunstancias. Para colmo a mi me dio un ataque de risa que me impedía actuar con eficacia. La gente del pueblo dejó sus vermús y se acercaron...no, queridos, a ayudar, no...a descojonarse (lo juro).
Por fin mi hermano pudo salir y evitar el empalamiento (Rayo no reparaba en especies, el iba a lo que iba) y allí dejamos a los tortolitos...a lo suyo.
Pepe-el-de-los-caballos, lejos de solidarizase con el culo de mi hermano, nos echó una bronca que te cagas por dejar al Rayo: "...apretarse a la Cigala...con lo mayor que es".
Vivir para ver!

44 comentarios:

Carlos Paredes Leví dijo...

Magnífico, y uno de los que más gracia me ha hecho (todavía me estoy riendo).
¡Qué cosas tiene la naturaleza...¡

pietrapómez dijo...

Gracias, Carlos...lamentablemente a Tito no le hizo tanta gracias. Yo me decojoné a la par que aluciné con el tamaño que gastaba el animalito!!

Carlos Paredes Leví dijo...

Si John Holmes gastaba treinta y tantos centímetros (le tuvieron que enterrar de lado para poder cerrar el cajón), imagínate lo que gastará un caballo...

pietrapómez dijo...

Te juro que casi, casi un metro...así, a ojo de buen cubero...no me extraña que las pobres yeguas de vez en cuando pasen de todo y haya que tirar de mamporrero!!!!

Lebeche dijo...

Esta no la conocía. es buenísima. Ya sabes que yo estuve currando en una granja de caballos en Inglaterra y también allí aprendí a montar. Tenían dos establos y en el que trabajaba yo había unos 20 jamelgos. Casi todos ellos de pijos ingleses, que precisamente por su condición de ingleses, son más pijos que nadie más del mundo entero. Los caballos eran preciosos. Cuando trabajas todos los días con ellos los llegas a conocer bien, cada uno con su carácter y sus peculiaridades. Cuando llegaba la hora de la cena, al olor del pienso, cada uno tomaba una actitud distinta, unos se apoltronaban al final de su caseta , otros giraban euforicamente sobre si mismos, otros arañaban con los dientes en la puerta, etc. Tengo bastantes anécdotas con tan singulares animales. Quizás las más graciosa es la de "Turner", uno de los más viejos del lugar. Se las sabía ya todas así que no era muy aconsejable utilizarle en las clases de equitación que allí se impartían. Pero cuando los fines de semana aquello se petaba de clientes se tiraba de lo que fuera con tal de ganar unas libras más. Recuerdo que llevé a Turner agrrado por su estribo y montado por un novato hasta el campo de entrenamiento. Nada más soltarlos, el viejo Turner decidió que le picaba la espalada y comenzó a flexionar sus piernas ante la aterrorizada mirada del muchacho que lo montaba, que quedó de pié con el caballo entre sus piernas, antes de saltar a un lado para ver como el animalito se pegaba un buen revolcón en la tierra. Y es que los caballos siempre saben quien los monta y con quien pueden hacer determinadas cosas. Y cuando quieren, pueden ser muuuuy cabritos.
Un beso, me ha encantado. (no lo repaso y perdón por el rollo).

pietrapómez dijo...

jajaja...eso que cuentas me pasó a mi la primera vez que monté. Me entró tal acojone que creo que el caballo se coscó y se tumbó tranquilamente en el barro (por supuesto, era barro, no tierra seca) apresándome la pierna izquierda, el hijoputa!
No me aplastó ni nada, pero me llevé un cacho de susto que flipé...creo que hasta lloré!!

Lebeche dijo...

Jodé te había metido otra aanecdota pero se ha borrao todo... bueno mañana que me ha entrao una mala hostia que no veas.

pietrapómez dijo...

Ya, eso es una putada. Hasta mañana, pues

Lebeche dijo...

Oye, guapa. A ver si pones en marcha las "colaboraciones lamentables".

pietrapómez dijo...

Ok, a ti te haré incluso una etiqueta, porque fijo que guardas un filón debajo de tus conchas...jaaajajaja

Anónimo dijo...

jajajjaj, no te puedo creeeer!!!
me ha venido a la mente una analogía, que mejor me la guardo para ese post que te has reservado tú. jeje.

Por suerte el Tito es de buena cintura, que sinó...

pietrapómez dijo...

Juan Pablo, si le hubieras visto al pobre Tito cuando notó que el caballo le echaba el aliento en la nuca...qué cara de susto!!

Anónimo dijo...

Jajaja.

Qué buena idea empezar los lunes leyéndote. Oye a ti en tu pueblo deberían dedicarte una plaza o algo. Vaya espectáculo!!!

Besos!!!!

pietrapómez dijo...

Bufff, Mavi, y aun no os he contado ni la mitad de las que hemos liado mi hermano y yo en el pueblo!! Lo de la plaza...más bien un día nos proscriben de allí. En una ocasión mi hermano, con 4 años quemó la plaza entera!! La paliza que se llevó fué de órdago, por cierto

Anónimo dijo...

Jajaja.

Esa familia tuya promete, quedaré a la espera de nuevas aventuras de la familia Pómez.

Ijon Tichy dijo...

Jejeje. Vaya historia Pietra.

Yo nunca he montado a caballo, aunque alguna vez estuvieron a punto de convencerme. Creo que hice bien.

pietrapómez dijo...

Ijon, muy importante: si lo haces, que te certifiquen que tanto tu montura como la del tío que te acompañe sean del mismo sexo

Ijon Tichy dijo...

Bueno, que sean del mismo sexo y heterosexuales....

pietrapómez dijo...

Juaaaaajajajaj... efectivamente, Ijon!

Kala dijo...

Pietra, ¡qué buena historia!, que resulta mucho más graciosa por tu manera de narrarla. Me has hecho reír mucho.
Un abrazo.

pietrapómez dijo...

Gracias, Kala! Me alegro de que te hayas podido pasar por aquí. Un abrazo

X'stian dijo...

Magnífica historia amiga pietra. Mira que hacerme reir a las seis de la mañana es todo un logro.

Por favor, y creo que aca coincidimos todos, queremos mas historias del pueblo.

pietrapómez dijo...

X'stian: Vuestros deseos son un alivio para mi ya que la mayoría de historias vergonzosas que me han sucedido están ubicadas en el pueblo!!

Carlos Paredes Leví dijo...

Claro, por eso os tuvisteis que venir a vivir a la capital.....exiliados.

pietrapómez dijo...

Y anónimos. Unos proscritos, vamos. Jajaja

El detective amaestrado dijo...

Mal inicio de una clase de hípica...Me hiciste reír, me encantó como lo contaste...

pietrapómez dijo...

Bienvenido a mi casa, detective! Vuelve cuando quieras. Un saludo y cuidadito con las clases de equitación

Anónimo dijo...

bueno ya sabras que ando por estos lugares virtuales poniando algún comentario que otro y claro no puedo dejar de ponerte algo en el tuyo. Me he leido todo y aunque te parezca mentira no dejas de sorprenderme, eres un filón. Menuda historia, la verdad es que me gustan todas. Otra de mis favoritas es la de la botella de anís. La leí en la curro y empecé a reirme en mi despacho sola, como una loca, mis compañeras como no me conocen bien empezaron a mirarse como solo lo pueden hacer la fauna de por aqui (tu ya sabes).
Moraleja: no puedo leerte en el trabajo sino tendré que aguantar motes como "la madrileña loca" o algo similar.
bueno un besito, y otro a la parienta.

pietrapómez dijo...

Si eres quien yo creo que eres, el nick te va como anillo al dedo....juaaaajajajaj!! Yo también tengo debilidad por "la botella de anís" y ya era hora de que te dignaras a pasar por aquí y dejarme unas palabritas!!

Andrés dijo...

Es increible... como hacés de un pequeña historia cotidiana, una maravillosa aventura épica.

Me encanta el blog.

A.-

Peggy dijo...

jaaaj , vaya cosas pasan en tu pueblo :)

pietrapómez dijo...

Ya, Peggy, es que en mi pueblo todo lo que hay está asilvestrao, valga la redundancia!

Carlos Paredes Leví dijo...

¡ A VER SI ACTUALIZAMOS ¡
¡ A VER SI ACTUALIZAMOS ¡
¡ A VER SI ACTUALIZAMOS ¡

pietrapómez dijo...

Jaaajajaja. Estoy en ello, de verdad!!!

Germánico dijo...

Eso es una demostración pública de amor y lo demás son tonterías.

Feromonas, instinto y un metro, no hace falta más.

Carlos Paredes Leví dijo...

Este blog está en huelga????

Julia Delgado dijo...

Este es el primer texto tuyo que me leo, aprovechando 5 minutos que tengo de relax, y no puede explicar con palabras lo que es tener que aguantar la risa en un trabajo serio.
Me estoy despollando vivo...eso si, en silencio,jaja.
Un besazo

pietrapómez dijo...

Germánico: y usted que lo diga! Y además amor del bueno, sin disimulos!!
Carlos: he estado ociosa, pero los días de asueto tocan a su fin.
Borch: me alegro de que por fin, hayas sacado un ratito para moi y te hayas divertido!!
Bueno, mañana a ver si soy capaz de publicar algo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Espero que sea verdad tu declaración de intenciones y que, en consecuencia, mañana publiques algo. Caso contrario, ya me puedes ir devolviendo el dinero de la cuota.
Chau

El Castor dijo...

Una historia graciosísima y cmu bien contada.
Saludos, Pietra.

pietrapómez dijo...

Carlos: lo tengo a medias
Castor: me alegro de que te hayas animado a pasar por aquí...vuelve cuando quieras. Un saludo

Claudia dijo...

Sólo paso a dejar saludos. ¡Feliz semana mujer!

Carlos Paredes Leví dijo...

Pietra:
¿A quién tienes a medias?

pietrapómez dijo...

Carlos...no me tires de la lengua!!
Caramelo, un abrazo y buena semana también para ti!