3.08.2007

Encalomada (por lista). 1ª parte.

Antes de empezar, una apreciación: yo sin porros por la noche, no puedo dormir. Ya podéis ponerme a parir, llamarme yonca y lo que os pete: me la suda. Es lo que hay.
Sigamos. Como podéis suponer, cuando viajo y si tengo algún aprecio a las persona que lo hace conmigo (me refiero a viajar), el paso ante la aduana lo realizo sola, y si me pillan me como el marrón yo sin enmerdar al prójimo (una es muy consecuente y responsable con sus adicciones).
Bien. En este viaje fui sola.
Cuando tenía 18 años, estuve viviendo en EEUU y en mi primer viaje al Imperio (oh, bendita inconsciencia) tuve la poca prudencia de llevarme hash dentro de mi neceser, tan tranquilita, como si me fuera al bar de abajo de mi casa. El viaje era vía Charles de Gaulle y no ha habido vez que haya pasado por ese puto aeropuerto que no me la hayan liado (3 veces, 3 liadas). Esta fue la primera.
El caso es que llegué a Washington DC y no tenía ni puta idea de inglés. La persona que me estaba esperando me saludaba tras un cristal, cuando de pronto, como en una pesadilla empiezo a oir algo vagamente familiar por megafonía...tras unos instantes de estupor, la persona al otro lado del cristal se puso de color verde y me hizo señas hacia los altavoces mientras con los ojos me preguntaba: "tia, ¿qué coño has hecho esta vez?" Comprendí que esa voz gangoso-nasal-tragahamburguesas estaba diciendo mi nombre. Un amable policía de, por lo menos 200 kg, me agarró del brazo sin muchos miramientos y me condujo a un cuartito de seguridad. Mi amigo y traductor (recuérdese que no hablaba ni palabra de inglés) no estaba conmigo y a mí ni se me ocurrió que me estuvieran conduciendo a los trasteros del aeropuerto por algo relacionado con los petas. En mi ingenuidad, creía que los había escondido tan bien (camuflándolos dentro de los tampones) que era imposible que me pillaran...me reitero: bendita inconsciencia!
Afortunadamente no metí mas aun la pata en el avión porque mi amigo me había advertido de que pasarían un test de "intenciones" obligatorio para entrar en EEUU, donde preguntan movidas del tipo: "¿Viene usted a EEUU con intenciones de perpretrar un atentado terrorista?
¿Es usted prostituta o proxeneta? ¿Tiene intención de propagar alguna enfermedad?"
Claro, te dan ganas de contestar afirmativamente a todo. Pero, por una vez y sin que sirva de precedente, fui prudente. (Aclarar que todo esto sucedió muchos años antes del 11-S)
Así que allí estaba yo, toda pequeñaja, con un garrulo-madero de 22 arrobas, sonriendo sin entender de qué iba la vaina y en una trastienda del aeropuerto.
Tras un rato de diálogo (más bien monólogo) para besugos, el encargado de Air France me obsequió con guita, un neceser y una toalla y conseguí comprender que mis maletas se habían quedado en París. Flipé, porque a esas alturas ya sí me estaba planteando que algo grave pasaba.
Al día siguiente, estando sola en casa llamaron a la puerta y alli estaba el empleado de Air France con mi maleta, sin saberlo trayéndome los petas a casa como si fuera el Manolo.
¿Creeis que con esto escarmenté y me volví prudente? Pues erráis, amigos. Al revés: me crecí pensando en que jamas me pillarían. Si había conseguido meter petas en EEUU no había nada imposible para mi. Como pone en el título, esto es sólo la 1ª parte. Ya os iré contando, por la cosa de no apabullar.
Adelanto que sólo me trincaron una vez (y una está muy viajada, eh? no crean).
Pero, como decía Michael Ende: eso es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión.

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder!!
Pero que buena que eres...!!
Sin respiración me has dejado...
Chapó...sí señó!!
Besos.

pietrapómez dijo...

Me alegro de que te guste. Para serte sincera, me estaba planteando si debía publicar más historias donde el leif motiv fuera el hachís, he colgado ya unas cuantas y me daba no se qué

Lebeche dijo...

Yo fui a Polinesia después del 11-S. No se me ocurrió llevar petas o eso pensé yo. Iba vía Londres y Los Angeles. Cuando llevaba varios días allí añorando un peta para contemplar tan magníficos paisajes, y sucedió lo mejor que te puede pasar en este mundo... una sorpresa absolutamente inesperada. aparecieron 2 petas en el bolsillo pequeño de un vaquero (¡y sin lavar!). Me los racioné con mesura y me los fumé, tumbado en una hamaca, en una de esas habitaciones de hotel requeteluxe llamadas "overwater", mirando el firmamento nocturno más alucinante que recuerdo. Además...y para acabar de redondear el concepto de felicidad tan mezquino que tengo... el Madrid acababa de ganar la 9ª copa de europa con un gol de mi dios Zinedine. ¿Alguien da más?

Anónimo dijo...

Ah, pues no. Tu vales para ser así, descarada. Si no tuviera esa impresión de tí. No te lo diría. Me has sorprendido y de que manera. (no soy lesbi-tranqui).
Pero lo has soltado con una verborrea de categoría. Lo has explicado con una soltura gráfica que pareciera un moroso observando el delito.
Eres genial para escribir.
Me alegro de haber tropezado (un poco mal, para qué nos vamos a engañar) contigo.
Rezumas las palabras justas, de a pié pero con una elegancia de tronío..
Si señó....
Besos.

Anónimo dijo...

(si lo que yo te digo, este Lebeche tiene un ojo visor, lo capta tó niña pá estas cosas que....si pudiera pedirmelo para Reyes. Sería mío).
Esto que...pasaba por aquí....
Besos.

pietrapómez dijo...

Jajaja! Lebeche, no hay mayor subidón pa un fumeta que las sorpresas de ese tipo...cómo te cagas, cabrón (por cierto, tu equipo no ganó ayer, ¿no? Es que he leido el artículo de Tomás "Roncerdo" en el As y le rezuma espuma por las fauces...juajajaaa). Nunca el Mandril me recordó tanto al Atleti como ayer. Me adelanto a tu sarcasmo: sé que el Atleti no está en Europa, pero para el papelón que habéis hecho, prefiero la Intertoto.
Recién Aterrizada: perdona por la parrafada anterior a Lebe, pero o lo decia o me daba urticaria.
Gracias por los ánimos, la verborrea es lo mío (mi novio dice que debería dedicarme a la política y dejar de aburrirle). Besos

Lebeche dijo...

Y Ronaldo en el Milan.

pietrapómez dijo...

Jaaaaaaaaaaaaaaaaajajajajaj

Anónimo dijo...

"Ya podéis ponerme a parir, llamarme yonca y lo que os pete: me la suda." Es genial! Si fuera parábola de Cristo sería "Quien quiera oír que oiga" supongo.
Y yo soy el primero Pietra, que cada vez destellas mejor eh!.
Un beso.

Javier Luján dijo...

Un relato muy agradable de leer.
Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mirá, querida Pietra, tras degustar carnes de la Pampa, pimplar vino de la Ribera del Duero y prorrogar la velada con una partida de póker (por supuesto, volví a perder), bajarnos botella y media de Oporto (una era de litro)y fumarnos una María que cultivó mi primo y que pega como si le debieras dinero sólo de olerla, llego a casa y me encuentro con dos cosas:
- las películas porno que me esoy bajando del e-mule son lentísimas y todavía les falta.
- tu, una vez más, magnífico texto.

Me voy a dormir, porque no estoy para pensar. Eso sí, la sonrisa no me la quita ni Dios. Gracias, Flaca (la otra flaca es real, y se llama Gabriela)y no se te ocurra dejar de leer, o te quito el saludo.

pietrapómez dijo...

Juan Pablo: contigo da gusto, has captado perfectamente el sentido de la parábola.
Joder, Carlos...no te privas de nada, cabrón. Dile a tu primo que me guarde un poco!
Oh, Capitán, mi Capitán: sé bienvenido a éste, mi doyo (o como se escriba)

Carlos Paredes Leví dijo...

Ayer, en realidad, quería poner que no se te ocurriera dejar de escribir, no de leer. Un lapsus intoxicativo.

pietrapómez dijo...

Ya me imagino que querías decir eso...amigo, los excesos se pagan...yo creo que tu nos cuentas que estuviste con tus amigos porteños de pedo, pero en realidad estuviste en la manifestación de las mujeres. Por cierto,gracias a dicha manifestación tardé 50 minutos en llegar a casa en vez de los 20 habituales!

Carlos Paredes Leví dijo...

No soy de manifestaciones. Detesto compartir mi individualidad con un montón de gente que no conozco...

pietrapómez dijo...

jajaj, te entiendo. Como comenté en "Tierra trágame" a mi me pasa que cuando me encuentro entre una multitud, me siento muuuuuuy pequeñita y me entra un agobio! Hace 2 semanas estuve en el partido Atleti-Real Madrid y por poco me da algo.

pietrapómez dijo...

Qué desgraciaos los del Valencia! Acabo de ver en directo el sorteo y les tocó bailar con la más fea: el Chelsea. Me van a perdonar ustedes mis inquietudes futboleras, pero el año pasado estuve trabajando en una radio deportiva y me aficioné del modo desmedido en que me aficiono a todo!

Carlos Paredes Leví dijo...

Solo hay un modo digno de aficionarse a las cosas, y es con desmesura. Sin pasión, las cosas no pasan de meros pasatiempos.
Joder¡, me levanté trascendente...

pietrapómez dijo...

Te gusto lo de mi viejo?

Carlos Paredes Leví dijo...

Vos qué pensás?. Andá y abrí tu correo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Decíle a tu viejo que si me regala un Anglada Camarasa o un Chagall (también me valdría un Modigliani), tiene un amigo para toda la vida.

El Castor dijo...

Pietra, qué audaz. Yo no podría de ninguna de las maneras. Una vez me brindé a llevar a un amigo de un amigo de Praga a Alemania en el coche. Luego pensé que ese desconocido podía llevar cualquier cosa en el equipaje y por mi cabeza pasó de todo. Me marché solo de madrugada y sin avisar porque tampoco eran horas de llamar a nadie.... Tiempo después pedí disculpas a ese amigo diciéndole la verdad aceptando que a partir de entonces me mirase con desconfianza para siempre.

pietrapómez dijo...

Castor: pero qué diplomático eres! De audaz nada: imprudente, kamikaze...ahora lo pienso y me muero de miedo!! Hombre, el caso que cuentas pasa de prudencia a desconfianza, aunque casi vale más pecar de desconfiado que de audaz. Besos

Carlos Paredes Leví dijo...

Castor es un hombre cabal y responsable; un ejemplo a seguir.

Ijon Tichy dijo...

¿Audaz o inconsciente? Esperaremos la continuación para hacernos mejor idea.

De lo que no cabe duda es que eres legal (lo digo por lo de pasar la aduana sola "para no enmerdar al prójimo"). No como uno que yo conozco, que tuvo la buena idea de pasar unas lonchitas de ibérico a los USA. Los aduaneros no le trincaron, pero ya que habiamos corrido todos el peligro, el jamón fue despachado comunitariamente.

Todavía se lo recuerdo de vez en cuando. Allí son muy estrictos con estas cosas y te mandan al corredor de la muerte por cualquier minucia.