7.03.2007

Oigo vocessss

Bufff, después de 2 meses de vacaciones bloggeras se me hace raro volver a publicar mis vergüenzas (jejeje).
Bueno, pero allá voy.
Volví de Montmeló y encadené sucesivamente una faringitis y una bronquitis tras las cuales mi voz nunca volverá a ser la misma (sic!).
Como odio a los médicos, no acudí a ellos hasta casi cagarla irremisiblemente.
Para no aburriros resumiré diciendo que mi periplo vírico terminó con un bulto muy sospechoso a la altura de la nuez. Era tan feo y tan gordo que la parienta me mandó al matasanos cagando hostias*
Como a pesar de ser de izquierdas, le tengo mucha fe a la medicina privada (sobre todo por estas fechas en que la sanidad pública te da hora para dentro de 2 meses si estas terminal, vamos) acudí al otorrino una mañana bastante nerviosa.

He de decir que cuando me pongo nerviosa mi lengua adquiere unas habilidades prodigiosas y actúa mucho más deprisa que la neurona más rápida de Germánico, lo cual es mucho decir, eh?
El caso es que estaba el tipo haciéndome un tacto (así lo llaman, pero no seáis cerdos, que me lo estaba haciendo en el cuello) y yo me puse nerviosa y empecé a hablar sin procesar primero y nada menos que le solté:

-Sea sincero, doctor...ya me ha salido la nuez ¿cuánto tardarán en crecerme los huevos?

El tipo se quedó a cuadros, pero yo...yo me quería morir y no podía creer que le hubiera dicho eso!!
Menos mal que le dió la risa y me comentó que ojalá la gente fuera al médico con sentido del humor, pero para mí fue bastante bochornoso!
Lebeche... cuán sabio es tu padre...tu ya sabes por qué lo digo

*nota para Juampa: cagando hostias quiere decir a toda pastilla, rápido, velozmente.