4.24.2007

Yo, Pietra


Hoy estuve de visita en casa de Benjamín y leí un post bastante divertido que se llama "No me gusta",
en el que nos invita a hablar de las cosas que no nos gustan del pais en el que vivimos.
Bueno, les recomiendo que lo lean porque está muy bien.
El caso es que me ha traído una anécdota a la memoria de hace bastantes años, cuando era una irredenta chavalita a la que no le achantaba nada: ni la edad del contrincante, ni el lugar, ni los motivos para discutir.
Comentaba yo que, al igual que Carlos, si algo me da por culo profundamente son las señoras que no son tan mayores, que se te intentan colar en cualquier fila: lo mismo en la panadería, que en la oficina de Correos, que en el autobus.
Ahí quería yo llegar.

Cuando iba al instituto, entraba a las 8 de la mañana y tenía que coger un autobús a eso de las 7.30, cuando aún no han puesto ni las calles, vamos.
Como siempre, aquí va una puntualización: yo antes de tomarme 2 cafés al menos, no soy persona, no sé hablar, ladro. La parienta directamente no me dirige la palabra hasta cerciorarse de que he desayunado. Sí, soy insoportable y lo reconozco. Mea culpa. Es lo que hay.
Esto ha sido así desde pequeña, así que imagináos una Pietra adolescente, todo chulita y subidita, a las 7.30 de la mañana esperando el bus en pleno invierno para ir a Historia del Arte...bufff, sólo de acordarme me sale espuma por la boca!!

Bien, pues ahí estaba yo, con el ojo pegado, cuando ¡por fin! llega el bus. Tardó tanto que éramos bastantes esperándolo, pero yo estaba la 2ª, después de otro chico joven.
El caso es que cuando ya estaba dentro, localicé el único asiento libre que quedaba, y hacia allí me dirigí.
Bueno, pues cuando ya tenía las piernas flexionadas, una vieja (bueno, no tanto, unos 60 le calculé yo) más rápida que la pipa de Lucky-Luke...se sentó...la muy hija de puta se sentó, intentando quitarme el sitio que ya tenía yo adjudicado.
¿qué hice yo? ¿sin desayunar y tras esperar el maldito bus casi 20 minutos? Nada, continuar el movimiento natural que había comenzado antes de que la vieja-rapaz me lo intentara quitar.
Sí, señores, me senté ENCIMA de ella.
No podéis figuraros el chocho que armó, la hija de puta. La conversación (a gritos por su parte) vino a ser ésta:

- Pero, ¿qué haces? ¿Te quieres quitar de encima?
- No.
-Que te quites de encima, niñata!
-No. El sitio es mío, yo estaba antes y si usted tiene la flexibilidad necesaria para realizar el escorzo que ha hecho para quitarme el sitio, es que no necesita que la ceda el asiento, así que vamos a ir juntitas, juntitas hasta mi parada...usted verá lo que le conviene.
- Que te quites de encima, niñata de mierda!
- Señora, sin faltar, que es muy temprano y le va a subir la tensión.

A esas alturas de la discusión, el resto de viajeros empezó a intervenir, sorprendentemente, a mi favor:
- Señora, que la chavalita tiene razón, que es usted una aguililla y abusa de que es mayor que ella para quitarle el sitio! ¡Estas viejas, siempre igual! (juro que un tío dijo eso).

Para no eternizarme: la tipa se acabó levantando, me miró con odio y me dejó el asiento. Yo le aguanté encima por lo menos tres paradas..jajaja: la venganza de los jóvenes!!
Sé que esto me pasará factura, pero entre tanto...mmmh...qué gustazo me dí!

4.23.2007

Amanece, que no es poco

Empiezo este post con el título de la sin par película que tanto me ha hecho reir para contar a quí algo que no me ha hecho ni puñetera gracia...y es que yo pongo un circo y me crecen los enanos.
Vais a pensar que siempre me pasa lo mismo, pero no por usual es menos molesto.

Como todos los lunes, después de haber pasado más tiempo del habitual en casa, toca zafarrancho marujil con todo lo que eso conlleva: gatos acojonados por el aspirador bufando a su propia sombra (qué quereis...a mi me estresa un huevo), pelos de los susodichos hasta en el alma (con su pertinente alergia, of course), lavaplatos y, tras éste, lavadora ( que si pongo los 2 a la vez, petan los plomos), bajar a por el uniforme del curro a la lavandería...vamos, de todo menos relajación.
Bien, pues cuando voy a sacar la ropa de la lavadora, ésta ha decidido que centrifugue yo con los piños, porque ella está en huelga, el lavavajillas ha empezado a escupir espuma, pero lo he atajado a tiempo.

Me las prometía yo muy feliz, aunque cansada: ya tenía todo el curro hecho y aún me sobraba tiempo para pegarme una buena ducha, de esas largas y relajantes y preparar la comida en la cocina recién fregada.

Bien, pues aquí viene.
Mira que me tiene dicho mi padre que no ande descalza, que me puedo clavar algo...y yo ni caso.
Iba con el albornoz puesto y la toalla en la cabeza, entro en la cocina y...plas! Hostión de espaldas, frenada por un sillón estratégicamente colocado, que ha evitado que rompiera la crisma.
Pero os preguntaréis, qué, qué coño me ha hecho resbalar...nada, una menudencia, un regalito de mi gato: el muy cabrón rencoroso se marcado un truño fuera de la caja en clara protesta por el ruido del aspirador (es que los gatos son muy vengativos), así que vuelve a ducharte, recoge la mierda de gato (que no hay cosa más repulsiva), vuelve a fregar la cocina y olvídate de la siesta...un día sin siesta es más largo que uno sin pan....aaaaains!!

Pero habrá que decir, como en la peli de Cuerda que amanece, que no es poco!

4.18.2007

Son aquellas pequeñas cosas...

El amigo Juan Pablo me ha enviado esta cadena (meme) en la que propone una vuelta al pasado. Hemos quedado en contar la verdad y la mía (no podía ser de otro modo) es cruda...aunque no hay mal que por bien no venga y de todo aquello también se aprende!! Vamos allá.

Yo hace 10 años: En la Autónoma, estudiando Filosofía. Reponiéndome de un enorme golpe del destino que no pienso contar (porque no tiene gracia, eh? que sabeis que a mi me va la marcha del autoescarnio). De garito en garito, de concierto en concierto y fumandome Jamaica. Living la vida loca, vamos.

Yo hace 5 años: Pasando más frío que en la guerra en Roskilde, Dinamarca. Haciendo una tesina sobre Cioran y flipando con los vikingos. Intentando sobrellevar otro desastre vital (qué le vamos a hacer).

Yo hace 1 año: En el paro, preparando una oposición y un viaje a Londres para la famosa boda de mis desgracias. Terminando un tratamiento médico chungo, pero contenta, con proyectos y ganas de seguir hacia adelante.

Ayer: Martes. Recogí a mis tíos de Zaragoza de camino a Méjico y comí con mi amigo Ignacio en un restaurante griego. Luego a currar, House y a la cama.

Hoy: Bloggear por la mañana con los amigos carlos, Lebeche, Juampa, Mavi y resto de la troupe (gracias chicos, por alegrarme las mañanas). Ahora mismo trabajar y deseando que lleguen las 8.30 para irme a casita.

5 canciones de las que me sé toda la letra: Qué desilusión, de Leño; La ciudad de la furia, de Soda Stereo; Across the universe, de los Beatles; Stairway to heaven, de los Zeppelin; Suspiros de España, popularizada por la Piquer (me sé muchas más, y hasta las sé tocar con la guitarra, eh? ja!).

5 lugares ideales para visitar: Bután (sí, qué pasa?), Polinesia, sur de Argentina, Gabón y Santander.

5 comidas que me gusta comer: Aquí ya se pone fea la cosa porque a mí lo que más me gusta del mundo es comer. Veamos: Cus-cus, el pulpo en todas sus variedades, el cordero al curry que preparo yo (aunque esté mal decirlo), la lubina al horno, el cocido de mi madre...diosssss, ahora voy a dejaros un rato para picar algo!

5 juguetes favoritos: Mis gatos (lamentablemente para ellos), el ajedrez (perdona papá por catalogarlo como juguete), el mus (cuando quieras, Carlos), el parchís (siempre que nos juguemos la pasta) y el risk, aunque pierdo casi siempre (se ve que no soy buena estratega).

Dice el Juampa que el objetivo es conocernos un poco mejor, yo creo que es un ejercicio de memoria! Se lo mando a Kala (aunque, tal vez tarde en leerlo), a X'stian, si le apetece (que no las tengo todas conmigo) y a nadie más porque, para variar, los que yo conozco ya lo han hecho.


4.16.2007

Donde no hay mata, no hay patata

He decidido empezar con esa manchegada que me enseñó mi abuelo y que se usa para decir que de donde no hay, no se puede sacar, que no se le pueden pedir peras al olmo, que...en fin, cuán rico es nuestro refranero! Pues todo eso, amigos, podéis aplicarmelo a mí sin miedo a equivocaros.
Como dije en mi primer post, no me caracterizo por haber tenido demasiada suerte (se ve que cuando nací, las nornas andaban tejiendo algo más importante que mi vida...las hijas de puta!).
Hoy quiero remontarme a uno de esos momentos que en las pelis americanas vienen acompañados de música de violines, el mar está de fondo con una puesta de sol, el chico es rubio y huele bien...en fin, como ustedes habrán adivinado, hablo de...tatachaaan sí: el primer beso (con lengua, eh? que de los anteriores no me acuerdo).

Tras haber leído este post, entenderán la razón de por qué se me quedó grabado a fuego si ni sonó música de violines, de fondo tenía el pico Ocejón, eran las 4 de la tarde, el chico era hindú y olía a...bueno, vale, de eso no me acuerdo. Sin embargo sí que me marcó, sí.
Cuando llegaba el verano, en el pueblo poníamos una hamaca, que colgábamos entre dos árboles para que quedara justo en la sombrita.
Yo llevaba todo el verano tonteando con este chico, que era mayor que yo. A la estúpida edad en que aconteció esta vergonzosa anécdota, eso de ir de mayor molaba un huevo (nunca, nunca me puse relleno en las tetas para aparentar mas edad, eh? eso que conste).
Por fin, él se atrevió a venir a mi casa a media tarde de un mes de agosto tórrido (como vuestras mentes) con la excusa de ver unos vídeos musicales nada menos que de Status Quo (con dos cojones, sí señor!).

Engañé al efebín para que me siguiera al patio, aprovechando que mis padres se habían ido a dar un paseo por el campo. El pobre, que además de ser un niñato, era guiri (extranjero, Juampa) vino detrás de mí confiado en que esa tarde pillaba...con lo que no contaba era con la "pietrada" que le esperaba.

Me puse en plan seductora mientras me dirigía a la hamaca que, estratégicamente yo había cambiado de árbol para que no nos vieran desde la calle. El destino dio su primer aviso cuando me torcí el pie sin llegar a hocicar, pero jodiendo el efecto "femme fatale" que pretendía dar yo al asunto. Reponiendome del susto y ya sin ápice de glamour, cojeando me dirigí a la hamaca más para poner el pie en alto que para ejecutar mi plan conquistador, todo sea dicho.
El chaval al ver hacia donde iba yo, se vino arriba. Me siguió hasta la hamaca de mis pesadillas y entonces...sí amigos, si creíais que ya lo había contado todo os equivocais: aquí va otra de autoescarnio.

El tipo se vino a la hamaca en la que yo ya me había tumbado y desde la que le miraba poniendo ojitos (estaba a punto de llorar por el dolor de tobillo que tenía) y entonces...¡zas! en cuanto se recostó a mi lado y me besó, la hamaca dió una vuelta de 360º expulsándome como si fuera un objeto sideral y casi arrancándole los labios al pobre chaval (ya os dije que soy de dentadura "poderosa", como Ronaldinho).
El tío me miraba con los ojos fuera de sus órbitas mientras se cagaba en todas las putas en hindú...y del labio inferior le salía una gotita de sangre.

Tras esa experiencia, tuve que esperar bastante tiempo para reunir el valor necesario para dejar a algún galán acercarse a mí, creyendo que estaba maldita,¿ no sois de la misma opinión?

4.10.2007

¿Ah, sí? Pues yo más!

Llegando a una edad, nuestros amigos empiezan a casarse...gran putada, sobre todo cuando tienes (como a mi me sucedió hace 2 años) 12 bodas en el mismo año.
Y digo gran putada porque una boda implica (para las chicas): vestido, tacones, maquillaje, peluquería, etc, etc; vamos un pastón.
Si encima úna, lo mas alejada del suelo que ha estado en su vida ha sido a través de las suelas de unas all star, pues vas jodida.
Antes de las bodas me tiro un par de días con mis únicos zapatos de tacón (robados a mi amiga Danvers) poniendo a prueba mis tobillos.
Tampoco me suelo maquillar, así que toca probar y jugártela para no parecer un payaso o un putón verbenero.
En fin, pues de tacones y maquillaje no, pero de fulards controlo un huevo!
Este día en concreto, tenía una boda en Inglaterra (de la que ya os he contado). Quise hacer patria y me dejaron un mantón de manila muy bonito que, a última hora y con las prisas, se me olvidó en Madrid.
Imagináos mi cabreo cuando llegamos al hotel y veo que me va a tocar ir sólo con un corpiño sin mangas y en Inglaterra (podía llover, hacer viento, o cualquier contingencia meteorológica de las que castigan a la Pérfida Albión).
Hice de tripas corazón y rogué que la ceremonia no fuera dentro de una iglesia (porque aquello de llevar los hombros al aire está mal visto). Se escucharon mis plegarias y fué en el patio de un castillo muy bonito del siglo XII, pero aun así, la hermana del novio me dejó un pañuelo para cubrirme un poco los hombros.
Bien, pues íbamos todo maqueados hacia la ceremonia, cuando mi chico pisó un charco con sus zapatos nuevos y yo, como perraca que soy, me empecé a descojonar y a llamarle torpensen. C. , que en el fondo es un bendito, se limitó a mirarme de soslayo y no hacerme puto caso.
Pero, una vez más, el destino no me dejó salir triunfadora.
Estábamos llegando al castillo cuando, en el empedrado de las calles de Lewes, uno de mis tacones se encajonó, provocando que uno de mis tobillos se doblara en un ángulo imposible desbaratando mi "glamour" canillejero.
El hostión de boca que me metí, delante de todos los invitados de la boda fué de aúpa, pero lo peor fué que el pañuelito que me habían prestado fue a caer justo, justo sobre una mierda de perro tamaño ensaimada (aun doy las gracias de que fuera el pañuelo y no mi cara).
El pañuelo para tirarlo y los zapatos se libraron de la quema porque a los 20 días tenía otra boda.
Moraleja: aunque la mona se vista de seda....
Amigos, para que no me sienta tan desgraciada, os invito a que me contéis vuestros momentos de ridículo mas espantoso (os aseguro que es terapéutico)